A quién hay que respetar es al individuo, y con
demasiada frecuencia a pesar de sus
ideas. Las más de las veces deberíamos advertir: «Le respeto a usted porque su
dignidad de ser humano está afortunadamente por encima de sus ideas, pero que
conste que las suyas son ideas de bombero». El otro merece desde luego respeto
precisamente como un ser capaz de engendrar y emitir ideas, pero no por la
majadería que acaba de soltar. Y el mejor modo de respetarle es combatiendo sus
ideas cuando nos parecen erróneas.
Aurelio
Arteta (Tantos tontos tópicos. Ariel)
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